La tecnología y las redes sociales han transformado la manera en que los niños y adolescentes se relacionan con el mundo, pero ¿cómo impacta esto a su salud mental? En nuestra reciente edición del podcast Family Connection, abordamos este tema desde la perspectiva de Mr. Acevedo, psicólogo de Campus Petrolera, y la perspectiva de nuestra invitada especial, la psicóloga Angie Caudana de la clínica Psikids, en la cual son especialistas en asesorías parentales enfocados en la Disciplina Positiva.
Ambos abordaron este tema que abarca desde las edades de preescolar hasta preparatoria y brindaron múltiples puntos de vista ofreciendo datos, estrategias y consejos para un uso consciente de la tecnología.
Los dispositivos más utilizados son los teléfonos celulares, seguidos por tabletas y laptops. Aunque la tecnología ofrece oportunidades de aprendizaje y conexión, también presenta desafíos importantes, especialmente en edades sensibles como preescolar y primaria.
La psicóloga explicó que la tecnología no es mala y puede llegar a facilitar el trabajo del aprendizaje por las diversas aplicaciones que existen para aprender, pero el uso desmedido de esta puede desencadenar problemas como ansiedad, irritabilidad y adicción.
En edades tempranas, una exposición excesiva afecta el desarrollo del lenguaje, las rutinas de sueño y la creatividad debido al contenido que consumen, ya que son videos con una duración muy corta o contienen una secuencia de colores que provoca una sobreestimulación en los pequeños, en niños mayores y adolescentes, el impacto se refleja en la baja autoestima, la comparación con influencers y, en algunos casos, el ciberacoso.
Angie Caudana destacó la importancia del acompañamiento parental en el uso de dispositivos electrónicos porque no se trata de prohibir la tecnología, sino de educar sobre su uso correcto. Algunas recomendaciones incluyeron:
Limitar el tiempo de pantalla según la edad: Para niños pequeños se sugiere evitar dispositivos antes de los 2 años y regular su uso en los años posteriores.
Fomentar el uso educativo: En lugar de solo entretenimiento, dirigir el uso de dispositivos hacia actividades creativas y de aprendizaje.
Establecer reglas claras: No usar dispositivos durante las comidas o antes de dormir, y supervisar las actividades en línea.
Promover la interacción familiar: Compartir tiempo con los hijos viendo películas, jugando videojuegos o realizando actividades conjuntas puede marcar la diferencia.
Restringir el contenido no apto para menores: Identificar qué tipo de contenido y qué tipo de videojuegos consumen para evitar confusiones entre la realidad y la ficción o interacciones con desconocidos.
En The Oxfordian School, el uso de dispositivos está restringido a fomentar la exploración y el aprendizaje sensorial. Sin embargo, se reconoce el potencial positivo de la tecnología cuando se utiliza de manera adecuada, la cual facilita el acceso a la información, permite conexiones sociales a distancia (ya sea de algún familiar o amistad) y fomenta la creatividad cuando está bien dirigida.
La tecnología es una herramienta poderosa que forma parte de nuestro día a día. Su impacto, positivo o negativo, depende del acompañamiento y los límites establecidos por los padres de familia.
La psicóloga Angie Caudana se despidió invitando a los padres a participar en sus asesorías parentales que abordan temas como la Disciplina Positiva, establecimiento de rutinas y un uso consciente de los dispositivos, ya que con una supervisión adecuada la tecnología puede ser un aliado en lugar de un obstáculo en el desarrollo emocional y cognitivo de las nuevas generaciones.